Bendito porque me lees y maldito porque me lees.
Yo que desnudo mis letras para ti,
mientras tú las vistes a tu antojo.
Yo tan expuesto y tú tan seguro,
yo tan seguro y tú tan confiado,
yo tan confiado y tú tan intérprete,
yo tan ambiguo y tú tan intérprete.
Tus comentarios voraces tergiversan mis frases,
tu impresión retorcida hace mutar mis palabras,
tu mala intención sataniza mi escrito,
yo tan ambiguo y tú tan intérprete.
Pero nunca olvides querido lector,
que yo escribo lo que pienso y lo que no pienso.
Yo tan ambiguo y tú tan ingenuo.